La dolce vitte!
Arranco a mordiscos la vida, rutirizando mi nostálgica existencia. Transito de mesa en mesa evitando el arraigo. Busco algo (o quizás alguien) con quien huir de la soledad, para hallar en ella la necesidad de estar sola.
Miedo al fracaso, al abatimiento.
Miedo a que el cansancio y la fatiga sigan acompañándome en el viaje.
Analizando los saldos de mi vida paso las horas, pasando por alto las gangas, buscando eternamente la oferta.
Huyendo de las amistades que asumen la necesidad de guerra, rivalizo con mi propia existencia, lidiando continuas batallas olvido que eso también es hacer la guerra.
Cést la vie! La dolce vitte!